No dejes que los exquisitos rituales de un mundo tan fascinante como el vino te intimiden: recuerda en todo momento que lo importante es disfrutarlo con tus cinco sentidos (de ahí que choquemos las copas para escuchar su sonido).
Si bien te invitamos siempre a hacerle caso a tu pasión y seguir tus instintos, los pasos más comunes al probar un vino, son:
1. Deléitate con su color
Tras dejarlo reposar unos momentos, ayúdate con una servilleta blanca o levanta tu copa ante una pared blanca para apreciar con mayor claridad sus tonalidades. ¿Qué te recuerda? ¿Es claro, obscuro, turbio...? ¿Luce pesado, ligero, burbujeante...?
2. Descubre sus aromas
Sin miedo, acerca la copa a tu nariz y aspira profundamente, tantas veces como te provoque. ¿Qué hay escondido? ¿Frutas, flores, madera...? ¿Tierra, aire, fuego...?
3. Prueba su sabor y textura
Bebe el primer trago, explóralo, permítele recorrer tu boca. ¿Cómo se siente en tu lengua? ¿Qué sensaciones y gustos te recuerda? ¿Es ácido, suave? ¿Tiene un sabor uniforme o cambia al tragar? Vuelve a probarlo cuantas veces creas necesario, déjalo atraparte.
4. Brinda
Porque aún en el día más rutinario, estar ante una copa de vino es una celebración. Brinda por la vida, la salud y la prosperidad. Brinda porque no hay nada que brindar. Por la fortuna, la conversación, la comida o la compañía...
Te esperamos pronto en EME Restaurante, donde queremos verte brindar.
Si bien te invitamos siempre a hacerle caso a tu pasión y seguir tus instintos, los pasos más comunes al probar un vino, son:
1. Deléitate con su color
Tras dejarlo reposar unos momentos, ayúdate con una servilleta blanca o levanta tu copa ante una pared blanca para apreciar con mayor claridad sus tonalidades. ¿Qué te recuerda? ¿Es claro, obscuro, turbio...? ¿Luce pesado, ligero, burbujeante...?
2. Descubre sus aromas
Sin miedo, acerca la copa a tu nariz y aspira profundamente, tantas veces como te provoque. ¿Qué hay escondido? ¿Frutas, flores, madera...? ¿Tierra, aire, fuego...?
3. Prueba su sabor y textura
Bebe el primer trago, explóralo, permítele recorrer tu boca. ¿Cómo se siente en tu lengua? ¿Qué sensaciones y gustos te recuerda? ¿Es ácido, suave? ¿Tiene un sabor uniforme o cambia al tragar? Vuelve a probarlo cuantas veces creas necesario, déjalo atraparte.
4. Brinda
Porque aún en el día más rutinario, estar ante una copa de vino es una celebración. Brinda por la vida, la salud y la prosperidad. Brinda porque no hay nada que brindar. Por la fortuna, la conversación, la comida o la compañía...
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